Infecciones de Trasmisión Sexual

Infecciones de
Trasmisión Sexual

La gonorrea es una infección de transmisión sexual (ITS), también conocida como una ETS,  causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae. Esta bacteria infecta las membranas mucosas del tracto reproductivo, incluyendo el cuello uterino, el útero y las trompas de Falopio en las mujeres, y la uretra en ambos sexos. Además, puede afectar las mucosas de la boca, la garganta, los ojos y el recto. 

Epidemiología 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 se estimaron 82,4 millones de nuevas infecciones por gonorrea en adultos de 15 a 49 años a nivel mundial. La prevalencia es mayor en poblaciones vulnerables. En España los casos en 2024 han aumentado un 42,6%, según el informe del Instituto de Salud Carlos III. Desde 2001, cuando la incidencia era de 2,04%, la gonorrea no ha parado de crecer hasta alcanzar la tasa de 71, 54% en 2023, cuando se detectaron 34.401 casos. 

Modo de transmisión 

La gonorrea se transmite principalmente a través de relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección con una persona infectada. También es posible la transmisión de madre a hijo durante el parto, lo que puede causar complicaciones graves en el recién nacido. 

Síntomas 

Muchas personas con gonorrea pueden ser asintomáticas, lo que dificulta su detección y aumenta el riesgo de complicaciones. 

En mujeres, los síntomas pueden incluir: 

  • Dolor o sensación de ardor al orinar. 
  • Aumento de secreciones vaginales. 
  • Sangrado vaginal entre periodos menstruales. 

En hombres, los síntomas pueden ser: 

  • Sensación de ardor al orinar. 
  • Secreciones blancas, amarillas o verdes del pene. 
  • Dolor o inflamación en los testículos (menos común). 

Las infecciones rectales pueden ser asintomáticas o presentar síntomas como secreciones, picazón anal, dolor, sangrado o dolor al defecar.  

Complicaciones 

Si no se trata, la gonorrea puede provocar complicaciones graves: 

  • En mujeres: enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), que puede llevar a embarazo ectópico, infertilidad y dolor pélvico crónico. 
  • En hombres: epididimitis, que en casos raros puede causar infertilidad. 

Además, la gonorrea no tratada puede diseminarse al torrente sanguíneo o las articulaciones, lo que representa una condición potencialmente mortal.  

Diagnóstico 

El diagnóstico de la gonorrea se realiza mediante la recolección de muestras de células de las áreas afectadas: 

  • Análisis de orina: para identificar bacterias en la uretra. 
  • Hisopado: de garganta, uretra, vagina o recto para detectar la presencia de la bacteria en laboratorio. 

Es común que los profesionales de la salud recomienden pruebas adicionales para otras ITS (ETS) , como la clamidia y el VIH, debido a la frecuente coexistencia de estas infecciones.  

Tratamiento 

La gonorrea se trata con antibióticos. Debido a la creciente resistencia de Neisseria gonorrhoeae a múltiples fármacos, la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan el uso de ceftriaxona, un antibiótico de la clase de las cefalosporinas de tercera generación, administrado por inyección.

Después del tratamiento, se aconseja evitar actividades sexuales durante al menos siete días y hasta que todas las parejas sexuales hayan sido evaluadas y tratadas, si es necesario, para prevenir la reinfección. citeturn0search3 

Resistencia a los antimicrobianos 

La resistencia de Neisseria gonorrhoeae a los antimicrobianos es un problema creciente. La bacteria ha desarrollado resistencia a casi todos los antibióticos utilizados para su tratamiento, incluyendo penicilinas, tetraciclinas y fluoroquinolonas. Esto ha llevado a la preocupación de que la gonorrea pueda volverse intratable en el futuro.

Prevención 

Las medidas preventivas incluyen: 

  • Uso correcto y consistente de preservativos: reduce significativamente el riesgo de transmisión durante el contacto sexual vaginal, anal u oral. 
  • Relaciones monógamas mutuamente exclusivas: con una pareja no infectada. 
  • Pruebas regulares: para personas sexualmente activas, especialmente aquellas con múltiples parejas o que pertenecen a grupos de alto riesgo. 

En el caso de recién nacidos, la OMS recomienda la profilaxis ocular tópica para prevenir la oftalmía neonatal gonocócica y por clamidias.  

Conclusión 

La gonorrea es una ITS común que puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente. La detección temprana, el tratamiento adecuado y las medidas preventivas son esenciales para controlar la propagación de la infección y reducir el riesgo de complicaciones. La creciente resistencia a los antibióticos subraya la importancia de la vigilancia continua y el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas. 

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